La entidad aseguró en un comunicado que se siguen todos los protocolos aprobados por el Servicio de Salud para lidiar con el ‘pequeño número’ de casos detectados en Napier Barracks, en el condado de Kent.
El portavoz oficial afirmó que los infectados fueron trasladados de los dormitorios, pero no explicó si otras personas que estuvieron en contacto con ellos están en autoaislamiento.
Las autoridades británicas de Inmigración comenzaron a usar en septiembre pasado el antiguo cuartel como alojamiento temporal para personas que solicitan asilo en el Reino Unido tras entrar al país de forma ilegal.
Organizaciones defensoras de derechos humanos y los propios refugiados alegan, sin embargo, que el campamento no cuenta con las condiciones mínimas para garantizar la salud física y mental de los solicitantes de asilo, y exigen su cierre.
En junio pasado, una corte de justicia británica que atendió una demanda presentada por seis refugiados contra el Ministerio del Interior consideró ilegal e irracional albergar personas en ese lugar.
Dos meses antes, inspectores del Buró de Prisiones y otros funcionarios independientes, que visitaron el campamento a raíz de un incendio provocado durante una protesta, expresaron preocupación por las condiciones en Napier Barracks,
El Gobierno conservador, que busca endurecer las leyes para frenar la emigración ilegal, hasta ahora hace caso omiso a los llamados de los activistas y de varios legisladores opositores a cerrar la instalación, donde según reportes se mantienen más de 250 solicitantes de asilo.
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