Según se informó, la oficina independiente a cargo de velar por la conducta de los agentes del orden abrió una investigación para determinar por qué el autor de la matanza del jueves por la noche se le devolvió una escopeta y la licencia de portación confiscadas en diciembre pasado.
Tras valorar la información del caso, hemos decidido investigar la historia del permiso de portación de armas de Jake Davison, y su relación con los eventos trágicos del 12 de agosto, declaró el director regional de esa instancia policial, David Ford.
En la noche del jueves pasado, Davison, de 22 años, mató de un disparo a su madre de 50 años en la casa que compartían en el distrito de Keyham, y luego salió a la calle a atacar a los transeúntes.
Durante los seis minutos que duró el incidente, el atacante causó la muerte a una niña de tres años y a su padre, y a otras dos mujeres, antes de quitarse la vida.
El hecho, que dejó a otras dos personas heridas, causó conmoción en el Reino Unido no solo por la magnitud de la matanza, sino porque el país se enorgullece de tener una de las leyes de armas más estrictas del mundo.
De acuerdo con la legislación vigente, el otorgamiento de un permiso para portar un arma de fuego está a cargo de la autoridad policial local, en el entendido de que ese cuerpo está mejor informado sobre las características y la personalidad del solicitante.
En el caso de Plymouth, sin embargo, llamó de inmediato la atención que a Davison se le confiscó la escopeta y la licencia el año pasado durante la investigación de un asalto, pero le fue devuelta en julio pasado.
Además de las razones que llevaron a la policía de Devon y Cornualles a tomar esa decisión, los oficiales del cuerpo independiente intentarán determinar si durante el proceso de otorgamiento del certificado se investigó el estado de salud mental del atacante.
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