Según los datos publicados por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, de Estados Unidos, en todo el mundo la temperatura combinada de la superficie terrestre y oceánica fue 0,93 grados Celsius por encima del promedio del siglo XX de 15,8 grados.
Ello significa una décima de grado más alto que el récord anterior establecido en julio de 2016, que luego estuvo empatado en 2019 y 2020, por lo cual, julio de 2021 se lo convierte en el más ardiente registrado hace 142 años, señaló el informe de esa entidad.
Indicó, además, que en el hemisferio norte del planeta, la temperatura solo en la superficie terrestre fue la más alta jamás, con 1,54 grados Celsius por encima del promedio, superando el récord anterior establecido en 2012.
A ello se suma que la cobertura de hielo marino en el Ártico para julio de 2021 fue la cuarta más pequeña en el registro de 43 años, según un análisis realizado por el enlace externo del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de Estados Unidos. Solo julio de 2012, 2019 y 2020 tuvieron una menor extensión.
Esos datos podrían ubicar al 2021 entre los 10 años más cálidos registrados en el mundo, según el Global Annual Temperature Rankings Outlook.
Recientemente, un estudio publicado en la revista Science Advances, señaló que la Tierra podría volverse más volátil a medida que continúen elevándose las temperaturas por el calentamiento global, alertó una investigación paleoclimática sobre fenómenos extremos.
Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), de Estados Unidos, examinaron los últimos 66 millones de años durante la era Cenozoica, que comenzó poco después de la extinción de los dinosaurios, y descubrieron un sesgo de calentamiento en las fluctuaciones del clima.
El hallazgo confirmó la ocurrencia de más episodios de calentamiento con una duración de miles de años que de enfriamiento debido a la liberación de dióxido de carbono a la atmósfera por los volcanes, entre otros factores, precisó la publicación.
Asimismo, reveló que ese proceso concluyó hace unos cinco millones de años y comenzaron a formarse capas de hielo en el hemisferio norte y, con el actual deshielo del Ártico, sugirió una mayor amplificación del calentamiento global inducido por el hombre.
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