Según un comunicado de la Casa Blanca, durante la llamada telefónica ambos conversaron sobre los más recientes acontecimientos en el país centroasiático, donde las tropas estadounidenses realizan una evacuación a toda prisa del personal diplomático de Washington y colaboradores.
Igualmente, discutieron la necesidad de una coordinación estrecha y continua entre los aliados sobre la política de Afganistán en el futuro, así como la forma de brindar asistencia humanitaria y apoyo a los refugiados y otros afganos vulnerables.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, confirmó que este es el primer contacto de Biden con un gobernante de otra nación desde los acontecimientos del pasado domingo, cuando los talibanes llegaron a Kabul y se hicieron con el control del país.
Reino Unido, como miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y actualmente en la presidencia del G7 (los países más ricos del mundo), jugó también su papel en el conflicto afgano durante las dos décadas de ocupación de las fuerzas extranjeras lideradas por Washington.
El presidente Biden defendió la víspera su decisión de retirar los efectivos de Afganistán y señaló que la misión de Washington allí no era construir una nación, sino prevenir un ataque terrorista y eso, en su opinión, ya se logró.
No obstante, la caótica salida de Estados Unidos y el rápido avance del grupo insurgente, que tomó el poder en cuestión de días, es para muchos una derrota militar similar al fracaso en Vietnam en 1975.
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