Contrario a la tradicional prohibición de las pinacotecas de áno tocar! para contribuir a la conservación de las obras de arte, esta muestra sí permite al usuario el intercambio con las piezas e, incluso, algunas de ellas desprenden aromas fácilmente identificables.
El espacio, dueño de una significativa colección de patrimonio moderno, moda e historia de esa urbe europea, reúne cuadros de reconocidos creadores pero con la novedad de incorporar sonido y olor, entre ellos, el del queso maduro y las uvas en un cuadro del pintor barroco Floris van Dyck.
Durante el recorrido los visitantes videntes, animados por esa divertida experiencia, incorporan a su atuendo una venda en los ojos para disfrutar de los bodegones de van Dyck, especialmente, Naturaleza muerta con fruta, nueces y queso, de 1610.
Fundado en 1838, el museo incorpora también la casa Rietveld Schröder, construcción de 1924 que representa una ruptura radical con toda la arquitectura anterior, fachadas de un collage de planos y líneas separadas y ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad.
La pinacoteca alberga un barco del año mil como parte de la colección Stadsgeschiedenis, encontrado en 1930 cerca de Utrecht y expuesto en la actualidad en una celda edificada en el siglo XVI, y también piezas de los denominados como caravaggianos de esa ciudad neerlandesa.
En esa lista de artistas destacan nombres como Gerard van Honthorst, autor de obras de historia, género y retrato y Hendrick ter Brugghen, cuyos temas preferidos resultaron figuras de medio cuerpo de bebedores o músicos; así como, los manieristas Joachim Wtewael, Abraham Bloemaert y Paulus Moreelse.
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