De acuerdo con el artículo científico, las personas de la tercera edad que caminan mínimo media hora diaria (equivalente a tres o cuatro horas a la semana) pueden tener hasta un 54 por ciento menos de posibilidad de fallecimiento, por cualquier causa.
‘Nuestros resultados son emocionantes, porque además descubrimos que se logran beneficios aún mayores con caminar de seis a siete horas por semana’, resaltó Raed Joundi, autor del estudio.
En la investigación los especialistas encontraron que el grupo de sobrevivientes de ictus con mayores beneficios por ejercicio físico fue el de adultos con menos de 75 años, analizados durante cuatro años y medio.
De ellos, solo un 11 por ciento de quienes practicaban actividad física murieron, indicador que subió a 29 por ciento entre los que no se ejercitaban, explica el documento.
Por otro lado, las personas con tales antecedentes cerebrovasculares mayores de 75 años experimentaron menos beneficios, aun ejercitándose, aunque seguían teniendo un 32 por ciento menos de probabilidades de morir.
‘Nuestros resultados sugieren que realizar un mínimo de actividad física puede reducir la mortalidad a largo plazo por cualquier causa en los supervivientes de un ictus, y deberíamos hacer especial hincapié en las personas más jóvenes, ya que pueden obtener mayores beneficios para la salud con solo caminar 30 minutos cada día’, precisó Joundi.
También, alertó sobre la importancia de entender el papel del ejercicio físico en la salud de las personas mayores con estos antecedentes, para diseñar mejores terapias de y campañas de salud pública.
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