Ante el alza escalonada de casos positivos y muertes desde julio último, Giammattei decretó Estado de Calamidad Pública para contener la enfermedad con un toque de queda nocturno, mayoritariamente en horas de la madrugada, que sumó más críticas al ya cuestionado manejo de la pandemia por parte del Ejecutivo.
La medida entró en vigor en la medianoche del 22 de agosto y durará 30 días, según el Acuerdo Gubernativo aprobado de urgencia ante las señales de crisis en varios nosocomios, tanto en los temporales acondicionados para enfrentar la pandemia desde abril de 2020, como en los nacionales que en la práctica asumieron esa tarea por estar mejor equipados.
El pasado jueves, el reporte del Ministerio de Salud fijó en cinco mil 826 los contagios, la cifra más alta desde la entrada aquí del coronavirus SARS-CoV-2 el 13 de marzo del pasado año, y la víspera fue otro día de cinco mil 243 nuevos positivos, lo cual elevó el acumulado a 433 mil 339 y 11 mil 372 decesos.
En este contexto, directivos de varios hospitales capitalinos pidieron a la población extremar los cuidados, pues las salas de intensivos están abarrotadas con personas que llegan críticos y las emergencias colapsan por momentos ante lo que se considera aquí el peor momento de la pandemia por la presencia de las variantes delta y lambda.
Y si bien las autoridades de Salud incrementaron los centros de inmunización antiCovid-19 y extendieron sus horarios de trabajo, aún es lento el ritmo si se tiene en cuenta que la población meta está en más de 10 millones y solo 729 mil 110 cuentan con esquema completo.
La semana que concluye fue también de más presión para el Gobierno de Giammattei, a quien autoridades indígenas y colectivos universitarios dieron de plazo hasta el pasado miércoles para presentar su renuncia.
El llamado aquí paro plurinacional tiene su expresión en bloqueos de carreteras, como los del pasado jueves y viernes tanto en esta capital como en diferentes departamentos.
La consigna de esta semana fue ‘Se ha vencido el plazo’ y continuó el llamado a la ciudadanía a apoyar la creación de un Estado plurinacional mediante la resistencia pacífica y convocatorias a más manifestaciones hasta lograr la dimisión del Jefe de Estado.
El descontento con el Gobierno y la Fiscal General Consuelo Porras cobró fuerza el 24 de julio, cuando esta última destituyó abruptamente a Juan Francisco Sandoval, jefe de la Fiscalía Especial contra la Impunidad, y actualmente en el exilio por peligrar su vida después de que revelara irregularidades en favor de casos de corrupción.
Otro fiasco para Giammattei fue el debate en el Congreso del Estado de Calamidad Pública, el cual no consiguió pasar de urgencia nacional (107 votos) ni terminó su examen ante el boicot a la medida de partidos de oposición y dudas sobre su contenido de hasta ahora tradicionales aliados al oficialismo.
Las tres convocatorias para su ratificación, modificación o desaprobación como establece la ley orgánica del Legislativo terminaron suspendidas por falta de cuórum y solo una primera lectura, también impugnada, pudo concretarse.
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