Este martes, el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, viajó junto a los jefes de los cuerpos policiales al sur del país, donde sostuvo una primera reunión con funcionarios de los territorios más afectados por los hechos violentos de las últimas semanas.
En declaraciones a los medios Delgado señaló que fue encargado por el mandatario de ‘avanzar rápidamente en una agenda de seguridad’, aunque no dio detalles sobre medidas concretas.
Admitió que en la macro zona sur de Chile existe un problema de larga data, y consideró que ‘tiene que haber un acuerdo amplio, un acuerdo político, donde logremos separar la delincuencia, el narcotráfico, el crimen, de las causas y reivindicaciones de los pueblos originarios, pues son cosas distintas’.
Analistas advierten que las históricas reivindicaciones de las comunidades indígenas son un componente esencial en el conflicto en La Araucanía y otros territorios, a los que ningún gobierno ha sabido dar respuesta hasta hoy y algunos critican que se quiera presentar como un problema puramente delincuencial.
A pesar de los anuncios de Piñera de aplicar mano dura, este martes se reportó un nuevo ataque incendiario, esta vez en la municipalidad de Cañete, en la región del Biobío, donde un grupo de desconocidos armados ingresaron a un área de explotación forestal e incendiaron maquinarias y varios camiones.
Mientras, en esta capital diputados oficialistas pidieron al gobierno que declare Estado de sitio en La Araucanía, luego de los últimos hechos registrados en la zona.
Entre ellos, el legislador Diego Schalper, del derechista Renovación Nacional, señaló que ‘los anuncios de ayer del presidente Sebastián Piñera no son suficientes’, por lo que pidió decretar Estado de sitio en La Araucanía, y buscar un acuerdo en el Congreso para asumir la actual situación ‘como tema de Estado’.
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