En Luisiana la tormenta provocó la muerte de dos personas, y otras dos perdieron la vida debido al colapso de una carretera en el vecino estado de Mississippi.
John Bel Edwards, gobernador de Luisiana, pidió a los residentes evacuados no regresar a sus hogares aún y esperar hasta que la Oficina de Preparación para Emergencias informe sobre la restauración de los servicios vitales en el área.
Ida, que ahora se encuentra sobre Tennessee como depresión tropical, tocó tierra el domingo pasado como un huracán de categoría cuatro en la escala Saffir-Simpson y aproximadamente un millón de personas quedaron sin energía eléctrica en Luisiana, Mississippi y Alabama, según PowerOutage.US.
En algunos lugares la compañía restableció el servicio, pero en otros la situación puede demorar varias semanas para resolverse, advirtieron las autoridades.
Ante las quejas por el calor, la falta de agua potable y alimentos, el gobierno local planea abrir centros de enfriamiento en donde las personas puedan cargar sus dispositivos móviles, refrescarse y comer, reporta la cadena CNN.
En medio de ese panorama, la mayor preocupación son los hospitales que necesitan la energía para ventilar a los pacientes graves con Covid-19.
Con sus vientos de 240 kilómetros por hora, el sistema meteorológico derribó una torre de transmisión y cientos de miles de metros de líneas de electricidad.
Previo a la llegada de la tormenta decenas de miles de personas en Nueva Orleans y las zonas costeras decidieron evacuar rumbo norte ante el temor de que se repitiera la tragedia de hace 16 años, cuando el huracán Katrina cobró la vida de dos mil personas.
En esta ocasión, según los presentes, los daños son cuantiosos, pero menores a los de aquella vez, aunque los vientos de Ida fueron tan poderosos que revirtieron el flujo del río Mississippi.
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