En un comunicado de la directiva de este centro, divulgado en las últimas horas, se anunció que llegaron a su máxima capacidad de atención debido al aumento de casos, por lo que no aceptarán más personas para resguardar y preservar la vida de quienes están allí.
Si pacientes nuevos requieren ingreso hospitalario, contarán con el apoyo de otros hospitales metropolitanos, según acuerdos y compromisos adquiridos en una reunión ayer con autoridades del Ministerio de Salud y directores de nosocomios, precisó el texto.
Médicos del capitalino Parque de la Industria advirtieron desde hace varias semanas de la compleja situación en sus distintas áreas Covid-19, incluso después de ampliar espacios y camas en función de no parar sus servicios.
Sin embargo, los hospitales generales que les servirían de apoyo, como el Roosevelt y el San Juan de Dios, también vienen alertando sobre el colapso de sus instalaciones y el cansancio del personal de salud en dos años y medio de enfrentamiento a la pandemia en condiciones difíciles y con escasos recursos.
La víspera, el viceministro de Hospitales, Francisco Coma, volvió a describir como insostenible la situación sanitaria del país ante cifras muy cercanas a los cinco mil contagios diarios, mayor positividad por la presencia de la variante Delta del virus SARS-CoV-2, y una red pública colapsada.
Para Coma, de no intervenir el Estado con medidas más drásticas para regular la movilidad, el sistema de salud, aquejado de agujeros presupuestarios y carencias históricas, no será capaz de hacerle frente a esta tercera ola.
En reciente conferencia de prensa sobre la situación de la pandemia, el viceministro insistió en que el problema aquí no es el número de camas (actualmente hay 600 en terapia intensiva y mil 905 para pacientes moderados), sino quién atenderá a los pacientes debido al incremento en los casos activos desde julio, más de 50 mil, y de ellos entre el 5,0 y 10 por ciento con necesidad de hospitalización.
De estos, afirmó, entre un 3,0 y 5,0 por ciento demandará servicios de terapia intensiva y es notable la falta de recurso humano capacitado para enfrentar este desafío.
A su juicio, la disciplina de la población se relajó desde finales de abril a pesar de existir un semáforo para regular las actividades, de ahí los diferentes llamados al ejecutivo a restringir la movilidad social y optar por mayores restricciones, entre estas, el polémico toque de queda.
Según la Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas, en su variante parcial para no afectar drásticamente la economía, pudiera aplanar la curva y dar un respiro sanitario y financiero para enfrentar el actual rebrote.
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