Las declaraciones de Bennett ocurrieron durante una videoconferencia con dirigentes judíos de Estados Unidos, detallaron al diario The Jerusalem Post fuentes que participaron en el evento.
El jefe de gobierno justificó su postura por la decisión de Abbas de apoyar las investigaciones de la Corte Penal Internacional por los crímenes cometidos por Tel Aviv en la franja de Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén orinetal.
Como alguien que viene del mundo empresarial, cuando alguien me demanda, no soy tan amable con él, afirmó el dirigente del partido ultraderechista Yamina, en alusión su pasado al frente de una empresa de software.
El primer ministro también minimizó la importancia de la reunión hace seis días entre Abbas y el titular de Defensa israelí, Benny Gantz, quien encabeza la formación Azul y Blanco, miembro de la coalición gubernamental.
Varios elementos que integran la alianza en el poder en Israel, como las agrupaciones Meretz y Lista árabe Unida, respaldan el diálogo con los palestinos, lo cual complica el mandato de Bennett.
En ese sentido, el jefe de Gobierno afirmó que ve imposible reanudar las pláticas, pero consideró necesario ‘reducir el alcance de la fricción’ con los palestinos.
Aunque no entró en detalles, citó la economía de la ANP como un punto clave a resolver.
Precisamente ese fue uno de los temas centrales de discusión entre Abbas y Gatz, en medio de la profunda crisis financiera de la Autoridad debido a la caída de las donaciones internacionales y la decisión de Tel Aviv de retener millones de dólares de impuestos.
En Israel hay preocupación porque un eventual colapso de la ANP genere caos y violencia, lo cual podría ser aprovechado por las milicias como el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas).
msm/rob