Según reveló el presidente del Comité de Inteligencia Estratégica de la Cámara de Representantes, Johnny Pimentel, las tropas serán emplazadas en la región cuando más tardar a inicios del próximo año, en una operación a la que el Ministerio de Defensa destinó más de 18 millones de dólares.
La división estará radicada en el municipio de Joló, en la provincia de Sulu, y su misión será batir a los terroristas afiliados al EI tanto en ese territorio como en las vecinas provincias de Basilan y Tawi-Tawi, dijo Pimentel.
En Filipinas la religión predominante es la católica, pero Sulu está habitada principalmente por musulmanes y está considerado un bastión del grupo islamista Abu Sayyaf, vinculado al EI.
Desde los años 90 del siglo pasado los autollamados Portadores de la Espada intentan establecer un estado islámico en el archipiélago.
A Abu Sayyaf se le atribuye el ataque de enero de 2019 contra la catedral católica de Jolo, en el que murieron más de 20 personas, y el realizado en junio del propio año contra una base militar de esa ciudad.
Otras facciones como los Luchadores Islámicos para la Liberación del Bangsamoro, Ansar Khalifa Philippines o Maute están activos en la cercana isla de Basilan, en el llamado Mindanao musulmán.
En el sur de Filipinas la ley marcial está vigente desde 2017.
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