La protesta fue promovida por los movimientos Brasil Libre (MBL) y Vem Pra Rua (Ven para la Calle) que en 2016 desempeñaron un papel clave en el golpe parlamentario judicial contra la expresidenta Dilma Rousseff.
Por esta razón, el Partido de los Trabajadores (PT) y la Central Unitaria de Trabajadores declinaron participar.
Al respecto, la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, afirmó que ‘nadie está impedido de participar en actos contra Bolsonaro. Creemos, sin embargo, que solo lograremos un movimiento fuerte con la construcción conjunta de las fuerzas democráticas de un gran acto’.
Realizada en capitales del país, principalmente en Sao Paulo y Río de Janeiro, la manfestación tuvo como principal objetivo construir un amplio frente opositor y presionar para que se abra un proceso de impeachment (juicio político) contra el exmilitar gobernante.
También fue una respuesta a los actos con agendas antidemocráticas y discursos contra el Supremo Tribunal Federal por parte de Bolsonaro, que ocurrieron en el Día de la Independencia (7 de septiembre).
Según el portal de noticias Brasil 247, los pocos manifestantes de partidos de izquierda presentes en el acto en Río tomaron distancia de los convocantes.
Unas seis mil personas fue el público estimado para el acto del MBL en la Avenida Paulista, divulgado por la Secretaría de Seguridad Pública de Sao Paulo.
El gobernador Joao Doria apoyó la movilización, pero ni siquiera los organizadores se creyeron la cifra y comunicaron que solo acudieron dos mil, asegura el sitio.
Para el reconocido periodista Breno Altman, fundador del portal de noticias independiente Opera Mundi, el patinazo del MBL resulta otro fiasco de la llamada tercera vía electoral.
‘Se ha vuelto a caer por la tercera vía, este domingo al mando de la MBL. Un fracaso estrepitoso de público y crítica’, apuntó.
Remarcó que esta decepción demuestra que solo la oposición de izquierda es capaz de liderar la confrontación con Bolsonaro y de unificar al pueblo.
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