La instalación, fruto de la maestría del grupo de arquitectura holandés MVRDV, concentra medio millón de piezas provenientes de las colecciones del Museo al Aire Libre de la nación europea, el Palacio Het Loo, el Rijksmuseum y la Agencia del Patrimonio Cultural, los cuales carecían de espacio para el cúmulo de artículos registrados en sus catálogos.
Denominado como Centro de Colección de Países Bajos de Amersfoort, el edificio abarca 30 mil metros cuadrado, con un techo recubierto por dos mil 100 paneles solares y rodeado por ventanas de cristal, que traducen en su estructura la esencia de sostenibilidad y modernismo.
El proyecto que inició en 2015 luego de varios años de conversaciones, atesora cuadros, esculturas, mobiliario, carruajes, una locomotora de vapor, instrumentos musicales como un órgano de casi ocho metros, espadas y otras muestras de armas, así como equipamiento de equitación, vasijas utilitarias, entre otros.
Luego de varios meses de traslado y clasificación de las obras desde una quincena de locaciones, los especialistas lograron articular un sistema actualizado, en el cual cada objeto tiene su propio código de barras, con todos los datos que lo definen y el nombre de la institución propietaria.
Asimismo, el museo cuenta con una instalación para la recepción de estudiantes e investigadores, así como espacios para la restauración de las piezas, montaje de exposiciones, tratamientos de plagas, cuarentena de las obras, un estudio fotográfico, una sala de rayos X y una cámara frigorífica.
Según los creadores, las obras de arte colgarán de estanterías, mientras las impresiones, dibujos y fotografías se encontrarán en salas cerradas, con acceso solo si los usuarios lo solicitan, con el propósito de salvaguardar los históricos objetos.
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