Al intervenir en el encuentro realizado en el jardín del Palacio Presidencial con las autoridades, representantes de la sociedad civil y el cuerpo diplomático durante su visita apostólica a Eslovaquia, el sumo pontífice llamó a volver ‘a comenzar reconociendo que todos somos frágiles y necesitados de los demás’.
Ninguno puede aislarse, ya sea como individuo o como nación. Acojamos esta crisis como un llamado a repensar nuestros estilos de vida, dijo Francisco al recordar lo expresado por él en su encíclica Hermanos todos.
No sirve recriminar el pasado, es necesario poner manos a la obra para construir juntos el futuro. Me gustaría que lo hicieran con la mirada dirigida hacia lo alto, como cuando miran sus espléndidos montes Tatras, subrayó.
Por otra parte, al referirse a la anhelada reactivación económica tras ‘durísimos meses de pandemia’, el papa advirtió que se puede correr el riesgo de dejarse arrastrar por la prisa y la seducción de las ganancias, generando una euforia pasajera que, más que unir, divide.
Además, apuntó, la sola recuperación económica no es suficiente en un mundo donde todos estamos conectados, donde todos habitamos.
Esta fue la tercera actividad de la segunda jornada de la visita iniciada la víspera por el sucesor de Pedro, quien participó antes en la ceremonia oficial de recibimiento, también en el Palacio Presidencial, donde realizó una visita de cortesía a la presidenta de la República Eslovaca, Zuzana Caputová.
Al término del encuentro con las autoridades y representantes de la sociedad civil y el cuerpo diplomático, Francisco partió hacia la catedral de San Martín donde sostuvo un encuentro con los obispos, sacerdotes, religiosos, seminaristas y catequistas.
Para esta tarde está prevista una visita privada al Centro Belén, una reunión con la comunidad judía y entrevistas con el presidente del parlamento, Boris Kollar, y el primer ministro, Eduard Heger, en la sede de la Nunciatura Apostólica.
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