Anticipo de lo que será la estación de las grandes cosechas y las plantas florecidas, el Jardín Botánico de Giza -ciudad contigua a El Cairo- mostrará desde el próximo lunes colecciones de lirios, jazmines, lotos y acacias, algunas de sus más representativas especies ornamentales, comentó el sitio web Egypt today.
La exhibición incluirá, además, ejemplares exóticos que lograron adaptarse a las condiciones meteorológicas del territorio, en el cual predomina lo agreste del desierto, salvo en el valle y delta del extenso Nilo, dotados de una fertilidad sin par.
Venerada desde tiempos faraónicos, la flor del loto representaba entonces al Alto Egipto (sur), en contraposición con el papiro, símbolo del norte.
No obstante los milenios transcurridos, la primera sigue siendo una de las preferidas entre los egipcios, mientras artesanos persiguen mantener viva la tradición de escribir o dibujar en las hojas de singular textura, confeccionadas con las fibras del segundo.
En la época dinástica resultaba habitual también salpicar los cadáveres momificados de los faraones y sus reinas con pétalos olorosos, en tanto hasta la actualidad han llegado referencias sobre la elaboración de fragancias a pedido de los monarcas.
Tras un crudo invierno, cuando los termómetros marcan diferencias de hasta más de 10 grados Celsius entre el día y la noche, los habitantes de la nación con tierras en dos continentes, comienzan a sentir un leve ascenso de las temperaturas desde marzo.
La Feria de las Flores es apenas un avance de la gran fiesta con la que los egipcios celebran la llegada de la primavera, llamada Sham El-Nassim, poco antes del mes sagrado de ramadán, fijado para abril.
En el jolgorio primaveral es costumbre festejar en familia, entre amigos, a la orilla del Nilo, el único curso de agua de Egipto, en playas o parques, donde degustan platillos típicos, muchos de estos a base de pescado.
La fiesta de las flores transcurrirá este año bajo pautas sanitarias debido a los azotes de la Covid-19, aseguró Egypt Today.
mgt/ap