La medida adoptada por la Pontificia Comisión de la Ciudad del Vaticano reconoce también el certificado europeo, u otro extranjero ‘que demuestre el estado de la vacunación exitosa contra el SARS-Cov-2’, la recuperación después del contagio con ese virus o el resultado negativo de una prueba rápida molecular o de antígeno.
La disposición exceptúa a participantes en celebraciones litúrgicas durante ‘el tiempo estrictamente necesario para el desarrollo del rito’, sin perjuicio de las regulaciones sanitarias vigentes como el distanciamiento, el uso de dispositivos de protección individual y determinadas normas higiénicas.
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