Este lunes la Casa Blanca informó que a partir de noviembre los extranjeros que deseen entrar a territorio estadounidense deberán presentar una prueba de vacunación contra el coronavirus SARS-CoV-2 antes de abordar su vuelo y además se exigirá un test negativo contra la enfermedad.
La medida reemplaza las restricciones existentes que impedían ingresar a la nación norteña a cualquier persona que hubiera estado en los 14 días anteriores en alguno de los 33 países contenidos en un listado, entre ellos Reino Unido, Irlanda, India, Brasil, China y Sudáfrica.
El director general de la IATA, Willie Walsh, consideró que esta disposición es buena para los millones de personas que dependen del turismo mundial, e impulsará la recuperación económica al habilitar algunos mercados clave de viajes de negocios.
Añadió que el próximo desafío es encontrar un sistema para gestionar los riesgos de los viajeros que no tienen acceso a las vacunas, problemática en la que apreció como posible solución la aplicación de las pruebas.
Además, instó a los gobiernos a acelerar el lanzamiento mundial de inmunógenos y acordar un marco global en el que los recursos de pruebas se centren en los viajeros no vacunados.
‘Debemos volver a una situación en la que la libertad de viajar esté disponible para todos ‘, dijo Walsh.
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