La Casa Blanca inició el pasado fin de semana la repatriación desde Texas de unos 15 mil ciudadanos de la nación caribeña que viajaron desde Chile o Brasil y permanecieron días bajo el puente que cruza el río Grande, el cual divide a México de Estados Unidos.
Imágenes de condiciones deplorables y excesos de la patrulla fronteriza desataron los cuestionamientos hacia el gobierno de Biden, que también recibe la presión de los demócratas y otros aliados contra la expulsión de los migrantes.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado estadounidense, Chuck Schumer, urgió al mandatario y al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, a que ‘pongan fin inmediatamente a estas expulsiones y a la política del Título 42 en la frontera sur’.
El legislador se refería a una política de la era de Donald Trump (2017-2021) amparada en la pandemia de Covid-19.
La disposición, conocida como Título 42, dio potestad a Estados Unidos para deportar automáticamente a la mayoría de los migrantes indocumentados que llegan a sus límites fronterizos en el sur, sin darles la oportunidad de solicitar asilo.
Por su parte, Filippo Grandi, alto comisionado de la ONU para los refugiados, deploró ‘las expulsiones sumarias y masivas de personas que se están llevando a cabo actualmente en virtud de la autoridad del Título 42, sin examinar las necesidades de protección, son incompatibles con las normas internacionales’.
El funcionario manifestó especial preocupación por las imágenes que circulan desde Texas.
Una de las fotografías que causó más indignación fue la de un agente blanco de la Patrulla Fronteriza a caballo que golpea con un látigo a un migrante negro.
Al respecto, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que es algo ‘horrible’ ese trato y afirmó que de confirmarse que los agentes llevaban látigos y golpearon a los indocumentados con ellos, ‘por supuesto que nunca deberían poder volver a hacerlo’.
‘Lo pondremos bajo control’, dijo Biden en una breve declaración a la prensa al abandonar la sede de Naciones Unidas, después de dar su primer discurso como presidente ante la Asamblea General de la ONU.
El gobierno de Biden informó el lunes que elevará el límite de admisión de refugiados a 125 mil en el año fiscal 2022, un objetivo que se fijó en la campaña electoral.
Luego de ese anuncio algunos observadores se preguntan cómo será el próximo capítulo para los haitianos si al expulsarlos las autoridades plantearon que este ‘no es el momento’ para que lleguen a Estados Unidos.
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