Señaló que fue una posición adoptada ‘en consonancia con una iniciativa de Estados Unidos e Israel, disonante con el compromiso con los derechos humanos que suele asumir el Estado uruguayo en foros internacionales’.
Tal giro de rumbo se hizo público luego de que el presidente Luis Lacalle Pou se lo transmitiera personalmente a la autoridad de la Organización judía, B’nai B’rith, Dan Mariaschin, en Nueva York, sede de la ONU.
La Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobía y las Formas de Intolerancia, se celebró en Durban, Sudáfrica, en 2001.
Dirigentes y activistas del Movimiento Afrouruguayo manifestaron ‘firme y contundente rechazo’ a la decisión gubernamental contraria ‘a un proceso que dotó de visibilidad, reconocimiento y preponderancia a los afrodescendientes a lo largo y ancho del mundo, un eslabón clave en la cadena de logros más importantes del siglo XX’.
Asimismo recordaron que justamente fue en Durban que los estados y la Comunidad Internacional en general, reconocieron a la trata transatlántica de africanos esclavizados, como crímenes de Lesa Humanidad.
Leticia Rodríguez escribió en el diario El País que ‘no es un gesto solidario que el presidente no participe en un evento tan importante para los 300 mil afros que viven en Uruguay, es un agravio, una violencia simbólica’.
Un artículo de Richard Falk publicado en la actual edición de Brecha denunció una ‘insidiosa campana puesta en marcha para demonizar el patrocinio de la ONU a la conmmemoración el pasado 22 de septiembre de las dos décadas del proceso de Durban’.
Contó que aquel foro de 2001 funcionó formalmente bajo los auspicios del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, cuya alta comisionada, Mary Robinson, recibió presiones de potencias occidentales para que lo cancelara.
El tono predominante de la conferencia lo puso entonces la exitosa lucha contra el apartheid en Sudáfrica y la necesidad de abordar el inacabado programa antirracista y en sus declaraciones reconoció el derecho inalienable del pueblo palestino a la autodeterminación y al establecimiento de un Estado independiente y seguro.
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