Dos coladas de lava y fuertes explosiones caracterizan la situación del momento. Una de ellas avanza por el Sur y mantiene una velocidad baja, en tanto la del Norte es más activa, en el área de la montaña de Todoque, cuyo poblado prácticamente arrasó ayer.
Aunque hay mucha ceniza volcánica en la atmósfera, que inunda los inmuebles y autos, el Departamento de Seguridad Nacional (DSN) considera que la erupción del volcán no está influyendo negativamente en la calidad del aire.
De acuerdo con los expertos y testigos en la zona, la nueva colada de magma es más fluida que las anteriores y se mueve con celeridad hacia el municipio de Tazacorte, a unos mil metros del mar.
El volcán tiene actualmente dos bocas activas, una en el cono principal del volcán y otra por debajo del mismo, mientras la lava ha cubierto un total de 258 hectáreas desde que comenzó la erupción el 19 de septiembre.
La medición corre a cargo del satélite del programa Copérnicus de la Unión Europea, que precisó el impacto del magma en 686 edificaciones a su paso por la isla de La Palma, de las que destruyó 589.
También afectó a 22,2 kilómetros de carretera de la isla, llevándose por delante 21 kilómetros de vías.
De modo preventivo, se encuentran confinadas las áreas de San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa.
En Santa Cruz de La Palma, el nombre completo de la ínsula, la situación tiende a agravarse, no tanto por las erupciones del volcán, sino por el paso del tiempo, casi 10 días de sacudidas y lava corriente.
Si bien el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) subrayó que el choque térmico entre la lava y el mar produce un peligro local, mucha gente teme consecuencias mayores. npg/ft