Aunque hay un segmento de manifestantes antigubernamentales que demanda la renuncia del primer ministro designado, Hassan Diab, se emiten señales positivas para resolver las cuotas confesionales, dijo.
Debates sobre la representación de cristianos y musulmanes sunitas retrasan el nombramiento del ejecutivo que integrarán 18 expertos alejados de los partidos políticos para cumplir con uno de los reclamos de la sublevación popular iniciada el 17 de octubre último.
“Esperamos gabinete para esta semana. Las negociaciones van ese camino”, aseguró Ferzli.
En opinión del vicejefe parlamentario, no hay obstáculos sustanciales para formar un gobierno, pero si detalles sobre la distribución de ministerios.
Según trascendidos, la elección de Fawzi Adham para la cartera del Interior causó problemas dentro de la secta musulmán sunita y buscan otro candidato.
También se conoce de la insistencia del canciller interino, Gebran Bassil, en ocupar todas las cuotas correspondientes a los cristianos, a excepción de un puesto que toca al Movimiento Marada.
Bassil, jefe del partido Corriente Patriótica Libre, no aceptó la propuesta del exministro Damianos Kattar para la cartera de Asuntos Exteriores y reiteró en que Defensa, Justicia y Economía sean parte del gabinete del presidente Michel Aoun.
Mientras, el ministro en funciones de Finanzas, Ali Hasan Khalil, afirmó que se registran avances y se está cerca de anunciar el próximo Ejecutivo.
“No nos importa el nombre o la forma del gobierno. Queremos uno que traduzca la reforma en una reforma real y no dependa de consignas sino de acciones”, precisó Khalil, un asesor clave del titular del Parlamento y jefe del partido Movimiento Amal, Nabih Berri.
Otro tema complicado deriva del boicot al gobierno de los partidos Corriente Futura (musulmán sunita), Fuerzas Libanesas (cristiano), Kataeb (cristiano) y Partido Socialista Progresista (druso).
Esas ausencias imponen una etiqueta de unilateral o confrontación, en tanto que solo incluirá a seguidores de la Corriente Patriótica Libre, Hizbulah, Amal y sus aliados.
Con esa integración no estarán satisfechos algunos participantes en una conferencia internacional celebrada en París en abril de 2018 que prometieron ayuda financiera para salvar a El Líbano de su actual crisis.
El tal apoyo contiene un chantaje camuflado, pues se materializará si el gobierno instalado ofrece total confianza a los donantes.
Estados Unidos y otros países de Occidente rechazan la presencia de Hizbulah en la próxima versión gubernamental libanesa, mientras las autoridades defienden a la organización político militar a la que consideran parte indisoluble del pueblo.
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