El mayor número de muertes se producirá en Nigeria (1,4 millones), así como en República Democrática del Congo (350 mil) y Etiopía (280 mil), según las tendencias actuales.
La malnutrición, la contaminación del aire y la falta de acceso a vacunas y antibióticos son los factores que provocan los decesos evitables por neumonía, que el año pasado mataron a un niño cada 39 segundos.
La intensificación de los esfuerzos para combatir la neumonía podría evitar casi nueve millones de muertes infantiles debido a ese padecimiento y otras enfermedades importantes, según un nuevo análisis.
De acuerdo con un modelo de la Universidad Johns Hopkins, la ampliación de los servicios de tratamiento y prevención de la neumonía puede salvar la vida de 3,2 millones de niños menores de cinco años.
También evitaría 5,7 millones de muertes adicionales por otras enfermedades infantiles importantes, lo que subraya la necesidad de servicios de salud integrados.
La neumonía es causada por bacterias, virus u hongos, y deja a los niños luchando por respirar mientras sus pulmones se llenan de pus y líquido.
Se trata de la mayor causa de muerte infantil, tras cobrar la vida de 800 mil niños el año pasado, o sea un infante cada 39 segundos.
Aunque se puede prevenir con vacunas y tratar fácilmente con antibióticos de un dólar si se diagnostica adecuadamente, decenas de millones de niños siguen sin vacunarse, y uno de cada tres menores con síntomas no recibe atención médica esencial.
Las muertes infantiles por neumonía se concentran en los países más pobres del mundo y son los niños más desfavorecidos y marginados los que más sufren.
Las intervenciones sanitarias para mejorar la nutrición, suministrar antibióticos y aumentar la cobertura de las vacunas, así como impulsar las tasas de lactancia materna también evitarían millones de muertes infantiles por enfermedades como diarrea (2,1 millones), septicemia (1,3 millones) y sarampión (280 mil).
Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de Unicef, abogó por abordar las principales causas de muerte por neumonía como la malnutrición, la falta de acceso a vacunas y antibióticos, y abordar el reto más difícil de la contaminación del aire.
El 91 por ciento de la población mundial respira aire exterior que supera las normas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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