Los asaltantes armados atacan directamente a las escuelas y obligan a los centros de salud a cerrar sus puertas, lo cual priva a las comunidades de servicios críticos, indicó el vocero del máximo representante de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric.
De acuerdo con cifras de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, más de tres mil 600 escuelas y 241 centros de salud ya no funcionan en esos países africanos.
Con el fin de apoyar a las autoridades nacionales y locales, la ONU junto a sus socios internacionales amplían las operaciones para salvar vidas y aliviar el sufrimiento humano, detalló Dujarric.
Naciones Unidas realizó un llamado de mil millones de dólares para apoyar a los más vulnerables.
Este mes, se asignaron 17 millones del Fondo Central de Emergencia de la ONU para Burkina Faso y Mali, con el propósito de proporcionar provisiones de refugio, agua y saneamiento, protección, salud y seguridad alimentaria.
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