En una alocución poco antes de la medianoche, Conte dijo que la disposición adoptada para todo el territorio nacional incluye la suspensión de labores que no sean “estrictamente necesarias, cruciales, indispensables para garantizar bienes y servicios esenciales”.
Seguirán abiertos –indicó- todos los supermercados, los establecimientos de venta de alimentos y de artículos de primera necesidad y precisó que no se prevén restricciones sobre los días de apertura, por lo que invitó a todos a mantener “máxima calma”, y evitar un furor innecesario de compras.
El jefe de gobierno añadió que, igualmente, continuarán funcionando las farmacias y parafarmacias, los servicios bancarios, postales, de seguros y financieros, además de los públicos como el transporte y “obviamente todas las actividades conexas y accesorias a las esenciales”.
Tras reconocer la labor de los trabajadores de diferentes sectores involucrados directamente en la gestión de la emergencia más grave que vive el Italia desde el fin de la II Guerra Mundial, Conte afirmó que “ralentizamos el motor productivo del país, pero no lo detenemos”.
En ese sentido subrayó que estas medidas son necesarias para enfrentar la fase más aguda del contagio y detener lo más posible la difusión de la epidemia, como consecuencia de la cual se reportan hasta ahora 53 mil 578 casos, con cuatro mil 825 decesos, seis mil 72 personas curadas y 42 mil 681 contagiadas.
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