Zeina, quien ofreció declaraciones a cambio de que solo se mencionara su nombre de pila, relató sobre el temor al rechazo social, tras dar positivo a la dolencia y luego regresar a casa.
La discriminación y la auto-discriminación contribuyen al aislamiento y a una angustia emocional en quienes se contagiaron y se recuperaron de la mortal dolencia, alegan los expertos.
El especialista en enfermedades infecciosas y del comité de crisis del Ministerio de Salud, Abdul Bizri, apuntó que en muchos casos el vecindario de un paciente curado entra en pánico y los mantienen marginados.
Bizri opina que el peligro de contagiarse también conduce a temores rayanos en la paranoia, aunque la peor parte la soportan los que estuvieron infectados.
Zeina, por ejemplo, describió que, al descubrir su positividad al patógeno, aunque no se sentía tan mal, cambió por completo su mentalidad.
«Estaba relajada, no me sentía tan enferma, pero cuando me
comunicaron la mala nueva y que necesitaba una ambulancia para llegar al hospital, dijo, se percibía terror en todos los de mi entorno y yo sentí morirme», contó.
Ella optó por conducir sola hasta el Rafik Hariri, epicentro del combate a la Covid-19 en El Líbano.
Lo que vivió la hizo sentirse mucho peor; todos gritaban, «¡aléjense de ella que es contagiosa!, pese a que entraba en una instalación médica.
Si bien el miedo y la urgencia del personal eran comprensibles, para Zeina resultó una experiencia traumática; «me sentí como una infección caminando», indicó.
Mientras llenaba el papeleo para ingresar a la unidad de aislamiento, su vida le pasó por delante en unos pocos minutos y que tal vez estaba llegando el final.
Según los expertos, así lo debieron pasar los millones en el mundo que contrajeron la Covid-19.
Con ínfimo contacto humano, muchos reflexionan sobre cómo será el trato posterior a la convalecencia con ellos y su familia, en los que son más optimistas.
Tales episodios pueden resultar traumáticos incluso si los pacientes experimentan solo síntomas leves como el caso de Zeina.
En opinión del jefe del Programa Nacional de Salud Mental, Rabih Chammay, es esencial que el personal cercano a los pacientes reciba orientación sobre cómo proporcionar apoyo emocional. De tal manera que se estableció un curso destinado a crear bienestar entre los infectados e instruir en procedimientos sicológicos para evitar el deterioro mental.
Zeina describió cómo conversaciones reconfortantes de la enfermera le elevaron el espíritu y que desapareciera el miedo con que llegó al hospital.
La convaleciente de la Covid-19 reconoció su sorpresa por esa
atención que la devolvió en mejores condiciones a su comunidad.
«Es la primera vez en mi vida, añadió, que siento que el Gobierno se preocupó por mí».
Durante todo el mes siguiente al alta, ella estuvo aislada en su casa hasta que confirmaron su negativo al patógeno, pero vivió, según confesó, momentos grises y negros cuando escuchaba toser a cualquiera de sus padres.
Por suerte, frecuentes llamadas telefónicas de un profesional de salud mental la ayudaron a superar ese período de ansiedad y temor hasta hoy que se siente más fuerte.
Si bien no todos los pacientes con coronavirus experimentan angustia emocional profunda, la atención debe ser igual para todos.
El doctor Rabih Chammay enfatizó en lo clave de que los pacientes por coronavirus sean atendidos y tratados con amabilidad y compasión.
alb/arc
*Corresponsal de Prensa Latina en El Líbano.