Por ahora no existen datos que anticipen una segunda ola de casos, afirmó el secretario de Estado para la Salud, António Sales, pero admitió que de ocurrir “daremos un paso atrás”.
El pasado 2 de mayo de 2020 esta nación puso fin al estado de emergencia aunque las autoridades advirtieron que el riesgo continúa.
Desde ese día rige en el país el estado de calamidad, bajo el cual se implementa una desescalada progresiva con la apertura de pequeños negocios.
La Directora General de Salud, Graca Freitas, advirtió que tal situación provoca un aumento de contacto entre las personas, por lo que la probabilidad y el riesgo de contagio crece.
A finales de abril el primer ministro, Antonio Costa, declaró que el país no volverá a la normalidad plena hasta que no exista una vacuna efectiva contra la Covid-19.
El jefe de Gobierno comentó además que la pandemia seguirá condicionando la vida de todos los ciudadanos durante los próximos meses y afirmó que “con estado de emergencia o sin él, será necesario mantener ciertos controles para prevenir un posible repunte de la Covid-19”.
Varias naciones europeas flexibilizan las restricciones bajo presiones económicas y pese a advertencias de organismos internacionales sobre la posibilidad de una nueva oleada de infecciones.
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