La fuente atribuyó el crecimiento tendencial de ese indicador, el mayor desde el segundo trimestre de 2011, tanto a los precios de las viviendas nuevas, los cuales experimentaron también un incremento de 0,9 por ciento, como a los de las existentes, que registraron un alza de 1,9.
Estas tendencias, apuntó el Istat, se manifiestan en un contexto de disminución del 15,5 por ciento en las operaciones de compra-venta reportadas por el Observatorio del Mercado Inmobiliario de la Agencia Tributaria para el sector residencial, debido a las medidas tomadas para contener la Covid-19 a partir de marzo.
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