En Vietnam los cursos escolares siempre comienzan el 5 de septiembre, sin importar el día de la semana, y los actos de apertura siguen un guion invariable: el saludo a la bandera, el canto del himno nacional, un mensaje del presidente, palabras del director de la escuela y el tañido de un gran tambor, en ese orden.
Luego, se liberan globos y los propios estudiantes ofrecen actuaciones musicales y culturales de diverso tipo, juegos o eventos deportivos.
Pero este año la pandemia trastornó el programa y en la mayoría de los centros todo se redujo a actos muy sencillos en los que algunos alumnos representaron a los quedados en casa. En las ciudades con una situación epidemiológica más complicada, la ceremonia se efectuó en línea.
Una de las tradiciones que se conservó fue la lectura del mensaje del presidente.
El también secretario general del Partido Comunista, Nguyen Phu Trong, llamó al alumnado a sobreponerse a las dificultades generadas por el Covid-19 y a esforzarse en los estudios para garantizar en el futuro los recursos humanos de alta calificación que requiere el desarrollo del país.
Vietnam destina cuantiosos recursos a la educación: el 20 por ciento de los gastos presupuestarios se dedica a ese sector, lo que equivale a casi el seis por ciento del Producto Interno Bruto.
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