Si bien la tormenta tropical Eta ya dejó de influir, sus estragos dejaron vulnerable a esta nación centroamericana, con crecidas en ríos y peligro de desprendimientos de tierra por la saturación de los suelos.
«Las lluvias actuales se deben a un sistema de baja presión y una zona de convergencia intertropical», explicó en rueda de prensa dominical el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Fernando López.
Mario Durán, ministro de Gobernación, confirmó que se mantiene la Alerta Roja para los 262 municipios del país, sobre todo por la abundante acumulación de agua, sobre todo en la cordillera volcánica central y la zona nororiental.
Para el lunes fueron pronosticadas lluvias moderadas a fuertes en la zona suroccidental y la cadena volcánica del país, con altas probabilidades de deslizamientos de tierras y desbordamientos de ríos y quebradas,
«Se prevé una moderada probabilidad de desbordamientos en los ríos Goascorán y Grande de San Miguel, río Grande de Sonsonate, Jiboa, cuenca media y baja del río Lempa», precisó López.
Según cifras oficiales, cerca de dos mil 300 personas siguen evacuadas en 56 albergues habilitados en el país, donde se registraron 67 deslaves y tres inundaciones en los últimos días.
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