A la reunión preparatoria en El Cairo asistieron el primer ministro, Mostafa Madbouly, el canciller, Sameh Shoukry, el titular de Recursos Hídricos, Mohamed Aty, así como representantes del Ministerio de Defensa y del Servicio General de Inteligencia, puntualizó Ahram on line.
Las pláticas fijadas para este jueves fueron convocadas por Sudáfrica quien lidera los esfuerzos actuales dirigidos a conseguir un trato justo y conveniente para las tres naciones, surcadas por el caudaloso río.
Durante las últimas conversaciones los representantes de Egipto, Sudán y Etiopía fracasaron en el intento de perfilar la metodología de lo que resta de diálogos, estancados desde agosto.
El país árabe de 100 millones de habitantes teme que con la puesta en marcha de la presa, la mayor del continente, disminuya el flujo del Nilo del que depende para la agricultura, el abasto del líquido a la población, la acuicultura, generación de electricidad e incluso el turismo.
No obstante los tropiezos y desavenencias a lo largo de unos nueve años, Aty reiteró el interés de Egipto en continuar las negociaciones, mientras el presidente (Abdel Fattah El-Sisi) ha pedido agotar las vías diplomáticas para resolver la disputa.
Egipto está decidido a llegar a un acuerdo de carácter vinculante que proteja sus derechos y garantice que se cumplan los intereses de todas las partes, añadió el ministro de Recursos Hídricos citado por el portal digital.
El populoso territorio eminentemente desértico ha mantenido su disposición al diálogo no obstante su inconformidad con el llenado inicial del depósito, decidido unilateralmente por Etiopía.
La defensa del Nilo, su único curso de agua, es vista por los egipcios como una cuestión existencial, de seguridad nacional, por lo que las autoridades exigen pautas para llenar el embalse y reglas generales encaminadas a operar la presa, fundamentalmente en tiempos de sequía severa o prolongada, postura con la que coincide Sudán.
En tanto Addis Abeba insiste en que es su derecho aprovechar ese recurso transfronterizo en función de su desarrollo y afirma que no causará perjuicios a los países aguas abajo con su apuesta de garantizar la generación energética interna y exportar a otras regiones africanas.
A la vez considera desmesuradas las preocupaciones de El Cairo.
Llamado Blanco en ciertos tramos, el Nilo recibe en Sudán las aguas del Azul nacido en Etiopía.
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