De acuerdo con un comunicado oficial, las acciones acontecieron en la localidad de Jilib, en el sur del país africano, escenario de una guerra entre los islamistas y el Ejército somalí.
Esa última fuerza es apoyada por especialistas castrenses norteamericanos y de la Misión de la Unión Africana en Somalia, que tiene la aprobación de Naciones Unidas.
“La evaluación inicial indica que los ataques mataron a terroristas que eran conocidos por desempeñar un papel importante en la producción de explosivos para Al-Shabab”, afirmó el Ejército norteamericano.
A juicio del mayor general estadounidense Dagvin Anderson, comandante de operaciones especiales para África, el proceder de su país constituye un mensaje relacionado con su retirada de Somalia.
Respaldamos a nuestros socios y nosotros nos defenderemos vigorosamente y a ellos también durante este reposicionamiento y operaciones futuras, agregó el uniformado.
Hace menos de una semana, el Departamento norteamericano de Defensa comunicó que el presidente Donald Trump ordenó la salida de Somalia de la mayoría del personal militar y de seguridad estadounidense para principios de 2021.
Somalia sufre intermitentes guerras internas desde 1991, cuando fue derrocado el entonces presidente, Mohamed Siad Barre, y Al-Shabab tiene activos unos siete mil combatientes, dispersos en diferentes lugares del territorio nacional, según varias fuentes.
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