A través de una carta apostólica de “muto proprio” (por propia iniciativa), el sumo pontífice asignó a la Administración del Patrimonio la gestión y administración de la titularidad de fondos, cuentas bancarias, inversiones mobiliarias e inmobiliarias, incluida la participación en sociedades y fondos de inversiones.
En un comunicado, la Sala de Prensa vaticana calificó la decisión como otro paso importante en la reforma de la Curia Romana la cual reduce el número de responsables económicos de la Santa Sede y concentra la administración, gestión y decisiones económicas y financieras en los departamentos creados con ese fin.
El Motu Proprio, apuntó, establece un mayor control y una mejor visibilidad del “Óbolo de San Pedro” y los fondos provenientes de las donaciones de los fieles y añadió que refuerza, además, los controles específicos sobre determinados órganos relacionados con la Santa Sede que gestionan cuentas y fondos de donaciones.
Con estas decisiones, puntualizó el texto, el Santo Padre expresa su compromiso personal, y el de la Curia Romana, por una mayor transparencia, una separación más clara de funciones, una mayor eficacia en los controles y una mayor adaptación de la economía de la Santa Sede a la misión de la Iglesia.
“Para que el Pueblo de Dios, que ayuda con su generosidad a apoyar la misión del Obispo de Roma, lo haga con la confianza de que sus contribuciones se administran de manera adecuada, transparente y con el ejercicio de los debidos controles”, subrayó.
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