De acuerdo con los economistas de la universidad londinense, la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) reducirá en un dos por ciento el ingreso per cápita de los escoceses, pero la cifra estaría entre el 6,3 por ciento y el 8,7 por ciento de convertirse en una nación independiente.
En términos netos, cada uno de los 5,5 millones de habitantes de Escocia perderían entre dos mil y dos mil 800 libras esterlinas anuales, agrega el estudio, que solo toma en cuenta los costos comerciales, y no incluye las consecuencias económicas derivadas de la independencia, como son los cambios fiscales o de la moneda.
La publicación de la investigación realizada por la LSE coincide con un creciente auge independentista en Escocia, insuflado sobre todo por la jefa del gobierno semiautónomo, Nicola Sturgeon, cuyo Partido Nacional Escocés (SNP) tiene grandes posibilidades de lograr la mayoría parlamentaria en las elecciones regionales de mayo próximo.
Según adelantó Sturgeon, de concretarse la victoria, el SNP explorará todas las vías legales y constitucionales para celebrar otra consulta sobre la independencia de ese territorio británico, a contrapelo de la oposición de Londres.
En el referendo de 2014, que se acordó sería válido para una generación, el 55 por ciento de los escoceses votó a favor de seguir siendo parte del Reino Unido, pero los nacionalistas argumentan ahora que el Brexit invalidó ese resultado, pues la amplia mayoría de los votantes en Escocia (62 por ciento) se pronunció contra la salida de la UE.
Una reciente encuesta publicada por el diario The Times mostró que el 49 por ciento de los escoceses apoya la independencia contra un 44 por ciento que prefiere seguir dentro del Reino Unido.
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