El partido Pitit Dessalines, que abrió el nuevo ciclo de protestas el domingo último, anunció manifestaciones para mañana y el sábado en todo el territorio nacional, mientras felicitó a los sindicalistas por la huelga general que paralizó las ciudades del país.
Su coordinador, Moïse Jean-Charles, un fiero opositor al partido gobernante, insistió en que solo la movilización general podría obligar la salida del poder del presidente Jovenel Moïse y llamó a la rebelión popular.
También pidió a las diversas franjas de la oposición establecer una postura común para definir el siguiente periodo de dos años, y solicitó a la comunidad internacional no interferir en los asuntos internos del país y respetar la soberanía nacional.
En la última semana los líderes de la oposición multiplicaron los encuentros para establecer la estrategia que logre la salida de Moïse y el traspaso de poder a un gobierno de transición.
Estas plataformas estiman que el mandato del jefe de Estado concluye el domingo próximo, mientras el gobernante señala que juró como presidente el 2017 por un periodo de cinco años.
‘No habrá pase corto’, dijo el lunes el mandatario durante un discurso a la nación trasmitido a través de las redes sociales, en el cual también aseguró que corresponde a la población decidir la persona que debe dirigirlos.
Moïse insiste en que los gobiernos de transición concluyeron con la administración de Jocelerme Privert, quien fue presidente interino en 2016 tras un vacío de poder.
No obstante, para las organizaciones de la sociedad civil y sectores clave como la Iglesia Católica, la Federación Protestante o los Colegios de Abogados, la constitución es clara en cuanto a la terminación de los mandatos.
‘Varias organizaciones se unen para pedir que se vaya el gobierno que se está convirtiendo en una dictadura con el apoyo del Core Group’, dijo el historiador y profesor Eddy Lucien.
En ese sentido recordó que en los últimos meses el pueblo sale casi diariamente a las calles contra la miseria que le provocan la oligarquía y el imperialismo.
Haití esta inmersa en una crisis sociopolítica y económica desde mediados de 2018, cunado un frustrado aumento en los precios del combustible empujó a cientos de miles de personas a las calles.
Desde entonces el presidente Moïse enfrenta recurrentes protestas, peticiones de renuncia y acusaciones de corrupción y malversación de fondos públicos que laceran su legitimidad.
agp/ane