El informe del Observatorio Internacional Waste Watcher sobre Alimentación y Sostenibilidad, con datos de la encuestadora Ipsos, destaca que bajo un estilo de vida diferente debido a los encierros impuestos por la Covid-19, en este país la cantidad de alimentos desaprovechados disminuyó, pero aún mantiene cifras muy altas.
La pérdida de alimentos en toda la cadena de suministros bajó casi un 12 por ciento en 2020 respecto a 2019, equivalente a unos 9,7 mil millones de euros, seis mil millones de ellos dilapidados en los hogares y el resto en el campo, el comercio y la distribución, indica el estudio.
Para la agroeconomista Andrea Segrè, fundadora de la campaña Residuo Cero, citada por la agencia Ansa, al parecer existe una tendencia a menor desperdicios domésticos de alimentos, que a nivel nacional y mundial tienen una incidencia entre el 60 y el 70 por ciento de cuánto va a dar al cesto.
Un estudio italiano reciente señala a la producción de excedentes como principal causa de este fenómeno, el cual constituye objeto de especial atención por entidades ambientalistas y organismos internacionales por el daño social, económico y ambiental que representa.
‘Desperdicio de alimentos: un enfoque sistémico para la prevención y reducción estructural’ da título a un informe del Instituto Superior para la Protección del Medio Ambiente y la Investigación, según el cual a mayor demanda crece la oferta y el consumo, lo que ‘desencadena el crecimiento de los desperdicios (+ 3.2% cada año)’.
Desde la introducción Stefano Laporta, presidente de ese ente, resalta cómo este tema esta interconectado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y en particular el relacionado con la seguridad alimentaria (ODS2) y sobre el Cambio Climático (ODS3).
La Organización de ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), contrasta en sus análisis que mientras millones de personas sufren hambre extrema un tercio de los alimentos producidos en el planeta para consumo humano, equivalente a mil 300 millones de toneladas, pasan a la categoría de desperdicios.
En tanto el Programa Mundial de Alimentos (PMA) indica que las tasas más altas de pérdidas corresponden a frutas y hortalizas, raíces y tubérculos, entre 40 y 50 por ciento de la producción; los cereales el 30 por ciento; cárnicos, lácteos y productos marinos entre el 20 y 35 por ciento.
mem/smp