Un comunicado de la Cancillería dijo tomar nota de las declaraciones del portavoz del Secretario General de la ONU, Stéphane Dujarric, el cual afirmó que las milicias hutíes están considerando revisar la aprobación formal de una misión para el petrolero.
Dujarric señaló, además, que el cronograma de despliegue de ese grupo de trabajo ‘sigue siendo incierto’ y depende de la decisión de los hutíes, quienes se apoderaron del barco hace casi seis años.
El Ministerio de Relaciones Exteriores subrayó que esas fuerzas estancan y manipulan este ‘peligroso expediente’ y lo usan para chantajear a la comunidad internacional, sin atender las advertencias y consecuencias de la fuga inminente de más de un millón de barriles de petróleo.
La nota precisó que desde la sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en mayo 2020, el gobierno de Yemen, junto a la comunidad internacional, apoyó el compromiso de la ONU con los hutíes de desplegar el equipo técnico para la evaluación y mantenimiento inicial del buque.
Apuntó el texto que después de ocho meses de discusiones entre el organismo internacional y las milicias armadas, la comunidad internacional ‘está consternada’ con este resultado.
El gobierno yemenita renovó su llamado a que el Consejo de Seguridad adopte medidas vinculantes y disuasorias contra estos grupos armados para garantizar la descarga de petróleo y evitar así uno de los mayores desastres ambientales y humanitarios en la región y el mundo.
El petrolero Safer, varado a siete kilómetros de las costas yemenitas en el mar Rojo, mide 360 metros de largo y 70 de ancho, y cuenta con capacidad para almacenar unos tres millones de barriles de crudo.
Numerosas voces en el mundo, incluida las Naciones Unidas, alertaron sobre la catástrofe que podría causar el derramamiento de petróleo del barco en los ecosistemas de la zona marítima, de los cuales dependen 30 millones de personas en la región.
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