En un comunicado publicado este lunes, Blinken describió al Consejo como un mecanismo para ‘promover las libertades fundamentales en todo el mundo’, y aseguró que la decisión del gobernante republicano Donald Trump de retirarse en junio de 2018 creó un vacío de liderazgo estadounidense.
Reconocemos que el Consejo de Derechos Humanos es un organismo defectuoso, que necesita una reforma en su agenda, membresía, incluido lo que denominó ‘su enfoque desproporcionado en Israel’, al referirse a las condenas al régimen de Tel Aviv por sus acciones de fuerza en los territorios palestinos ocupados.
‘El Consejo puede ayudar a promover las libertades fundamentales en todo el mundo, incluidas la de expresión, asociación y reunión, religión o creencias, así como los derechos fundamentales de mujeres, niñas, personas Lgbtqi+ y otras comunidades marginadas’, continuó Blinken.
Estados Unidos se reincorpora al Consejo como observador, lo que permite a los funcionarios participar en negociaciones y hablar con sus miembros, dijo Blinken, aunque la agencia The Associated Press (AP) informó que la administración de Biden buscaría la membresía plena en un momento posterior.
Trump dispuso la salida de su país de ese organismo de la ONU en 2018, al que acusó de no cumplir con las demandas de reformas y de exhibir un ‘sesgo crónico contra Israel’.
El CDH fue creado en 2006 y está integrado por 47 países, entre ellos Cuba, Venezuela, China y Rusia.
Un total de 170 Estados miembros de Naciones Unidas votaron el pasado 13 de octubre, en la Asamblea General de esa organización internacional a favor de Cuba, para que la isla forme parte del CDH durante el período 2021-2023.
Desde sus primeros días en la Casa Blanca, el presidente Biden tomó medidas para revertir algunas decisiones de la administración anterior, como volver a comprometerse con la Organización Mundial de la Salud y acogerse nuevamente al acuerdo sobre cambio climático de París.
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