Esta prueba –que se realiza de noche- consiste en el registro de la actividad cerebral, la respiración, el ritmo cardiaco, la actividad muscular y de los niveles de oxígeno en la sangre mientras se duerme.
Los trastornos respiratorios del sueño son comunes en los niños y varían desde ronquidos leves hasta apnea del sueño severa, y a menudo, los médicos sugieren la adenoamigdalectomía (extirpación de adenoides y las amígdalas) para mejorar la afección.
La investigación determinó que a muchos niños –el 44,7 por ciento de los pesquisados- teóricamente se les practicaría la cirugía sin que se les realizara un estudio de sueño preoperatorio.
Al hacerles la prueba de polisomnografía potencialemente era cuestionable la necesidad de cirugía.
‘Esta investigación demuestra que la obtención de estudios del sueño puede afectar las decisiones de manejo sobre si proceder con una adenoamigdalectomía o manejar médicamente los síntomas del niño’, enfatiza la revista.
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