Un comunicado divulgado anoche aquí indicó que el ‘comportamiento criminal’ de estos armados, que propiciaron un golpe de estado en 2015, prolongará la guerra y exacerbará sus catastróficas repercusiones humanitarias.
Los hutíes lanzaron un ataque con misiles balísticos y drones camuflados contra áreas residenciales de la ciudad Marib entre domingo y lunes, donde murieron cuatro civiles y otros 12 resultaron heridos, según los últimos informes oficiales.
La Cancillería llamó la atención de que esa urbe está habitada por millones de ciudadanos, los cuales en su mayoría fueron desplazados de sus zonas de residencia por la guerra de hace casi seis años, que sumió al país árabe en una catástrofe humanitaria, según organismos internacionales.
El Ministerio del Exterior denunció que esta nueva ola de agresiones es la séptima después de otras seis anteriores de los hutíes, en las cuales fueron engañados y reclutados niños, plantaron minas prohibidas, atacaron a civiles y practicaron las ‘peores violaciones’ contra presos y detenidos.
La nota consideró de peligrosa esta nueva escalada de las milicias y señaló que constituye la respuesta de los hutíes a los sinceros llamados del gobierno yemenita a la comunidad internacional para detener la guerra y establecer la paz.
Al respecto, las autoridades de Yemen pidieron a la comunidad internacional ejercer la máxima presión sobre los armados para detener la agresión y la nueva escalada militar, y poner fin a las violaciones y crímenes de los irregulares, indicó la Cancillería.
Yemen atraviesa por una profunda crisis humanitaria con cientos de miles de desplazados y una hambruna generalizada que afecta a casi el 80 por ciento de su población, según ONU.
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