El diario La Estrella, de Concepción, achacó la arribazón de peces que fueron a morir a las playas, al proceso denominado surgencia (ascenso de aguas profundas a la superficie) que se presenta a causa del fenómeno de La Niña.
El Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) informó que solo en la desembocadura del río Carampangue, en la región del Biobío, se calcularon al menos 190 toneladas de peces muertos, entre los que se incluyen, además de sardinas y anchovetas, otras especies de escamas y también crustáceos.
Según los especialistas es la séptima ocasión que ocurre algo parecido en el presente año, y aunque algunos lo achacan a posibles eventos de contaminación ambiental, la Superintendencia de Medio Ambiente indicó que se investiga a empresas de la región, pero las causas pudieran ser naturales.
Ya algo parecido ocurrió cuando en enero pasado se registró un fuerte sismo en la Antártica y casi al mismo tiempo aparecieron grandes manchas de peces muy cerca de la orilla en puntos del sur del país, lo cual algunos vincularon al movimiento telúrico.
Sin embargo, especialistas en sismología y en biología descartaron algún vínculo entre ambos eventos.
Ahora los gobiernos locales llamaron a los habitantes de las zonas costeras donde ocurrió la varazón, a no consumir esos pescados, mientras numerosos vecinos se quejaron en los medios de la fetidez provocada por la descomposición de miles de peces muertos.
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