El jefe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU en Somalia, Adam Abdelmoula, comunicó que tal asistencia financiera por parte de la comunidad internacional resulta imprescindible para contrarrestar la triple amenaza ‘de las crisis climáticas, de la langosta del desierto y la Covid-19’.
De acuerdo con el funcionario y el ejecutivo nacional en este Estado demandan recursos unos 5,9 millones de personas, incluidos los internos y personas que retornaron desde países vecinos.
Esas personas deben tener acceso a servicios básicos como atención sanitaria y apoyo con medios de subsistencia, entre otros beneficios, detallaron la fuente.
A la par de problemas económicos y sociales, Somalia está sumida en un clima de inseguridad, en medio de enfrentamientos entre el Ejército nacional, con apoyo de tropas de la Unión Africana, y el grupo radical islámico Al-Shabab, el cual controla amplias zonas del centro y sur del país.
Desde el derrocamiento en 1991 del presidente Mohamed Siad Barre por guerrillas armadas, Somalia sufre un conflicto bélico e inestabilidad política y social, situación agravada por la existencia de una frágil autoridad central.
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