Dentro de una investigación denominada caso 03 ‘Muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate por agentes del Estado’, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) registró por lo menos seis mil 402 asesinados a causa de esos hechos en el periodo, bajo la presidencia de Álvaro Uribe.
Solo en esa etapa la JEP ubicó el 78 por ciento del total de la victimización histórica del país, crímenes que descendieron drásticamente en 2009, al pasar de 792 fallecidos en 2008 a 122 el año siguiente, según detalla en un comunicado.
Luego del Acuerdo de Paz de 2016 entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, cuando la JEP comenzó a abordar el asunto tenía el reporte de que entre 1988 y 2014 hubo dos mil 248 personas asesinadas por el Ejército Nacional y presentadas como guerrilleros.
En esta primera parte de la pesquisa, priorizó las seis zonas donde se cometieron la mayor cantidad de hechos: Antioquia, la Costa Caribe, Norte de Santander, Huila, Casanare y Meta, a partir de lo cual evidenció que el 66 por ciento de los fallecidos se concentran en 10 departamentos.
En Antioquia (noroeste) quedaron sin vida el 25 por ciento de los casos y en ese territorio la IV Brigada de las fuerzas armadas podría ser la responsable del 73 por ciento del total, mientras en la región del Caribe identificó el 7,3.
En el Norte de Santander, fronterizo con Venezuela, el mayor número de crímenes se dio en la región del Catatumbo y la Segunda División se encuentra dentro de las cuatro del Ejército Nacional responsables de cerca del 60 por ciento.
Los falsos positivos constituyen uno de los capítulos más oscuros del conflicto armado colombiano e involucran a unos mil 500 militares que engañaban a los civiles para asesinarlos y de tal modo presentar mejores resultados a sus superiores. Las víctimas fueron inicialmente habitantes de zonas rurales de 29 de los 32 departamentos.
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