Contra la aspiración de nominar una alineación gubernamental de 18 especialistas apolíticos, conspira el dominio de los partidos y las sectas religiosas, opinaron.
El profesor de economía y relaciones internacionales de la Universidad de Saint Joseph, Sami Nader, aseguró que Hariri no podrá formar un gabinete de especialistas independientes por las contradicciones entre las aspiraciones populares, las de los políticos y las de la comunidad internacional.
Nader, director del Instituto de Asuntos Estratégicos de Levante, un grupo de expertos con sede en Beirut, aseveró que los partidos no renunciarán a sus prerrogativas para dar paso a una iniciativa del presidente francés, Emmanuel Macron.
Esta última incluye reformas anticorrupción y contra otros flagelos que captarían ayuda internacional, pero sacarían a la luz trapos sucios de la elite gobernante, precisó.
Sus vaticinios apuntan a que el próximo gobierno será similar a los anteriores al levantamiento popular iniciado el 17 de octubre de 2019 que surgió como resultado de la mala gestión, el saqueo al erario y el despilfarro de fondos públicos.
Hariri, respaldado por Francia y potencias regionales, ratificó que estaba listo para formar un ejecutivo que se concentraría en detener el colapso económico y reconstruir Beirut tras la explosión en el puerto del 4 de agosto pasado.
Sin embargo, los analistas advierten que la participación de Hizbulah en esa alineación ministerial representará otro impedimento importante para la entrega de ayuda internacional.
El profesor de la Universidad Saint Joseph recordó que el subsecretario norteamericano de Estado para Asuntos del Medio Oriente, David Schenker, declaró que Washington estigmatizaría a un Gobierno libanés con componentes de la Resistencia islámica.
Y como es de esperar, los aliados estadounidenses en la región, Arabia Saudita y otros Estados del Golfo, seguirán esa línea, acotó Nader.
El secretario general de Hizbulah, Hassan Nasrallah, propuso expandir el Ejecutivo de 18 a 20 o 22 carteras como una posible solución a la crisis para instalar un gabinete, del cual carece el país desde el 10 de agosto pasado.
Hasta ahora no hubo reacción alguna del presidente Michel Aoun ni del primer ministro designado Saad Hariri, los encargados de nominar y aprobar la alineación gubernamental.
De tal manera que sigue el escepticismo sobre la posibilidad de reducir diferencias entre esas dos figuras respecto a la forma, el tamaño y la distribución de dos carteras clave, Interior y Justicia.
El primer ministro designado se mantiene inflexible con su borrador de 18 especialistas apolíticos presentado el 9 de diciembre pasado al jefe del Estado y que este último rechazó.
Y no acepta una proposición de Aoun de agregar dos portafolios más al Ejecutivo que ocuparían representantes de la secta drusa (islámica) y de la greco-católica melquita.
Por Constitución, los puestos oficiales en Líbano deben repartirse por igual entre cristianos y musulmanes.
El jefe de Hizbulah apoyó a Hariri respecto a su negativa de conceder poder de veto a cualquier partido y al mismo tiempo respaldó a Aoun para agregar dos ministerios más a la futura formación gubernamental.
‘Entendemos la preocupación e incluso la negativa del primer ministro designado a otorgar veto a una facción política, pero estamos en desacuerdo con su insistencia de un Gabinete de 18 portafolios que podría ser de 20 o 22’, dijo el líder del Partido de Dios.
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