En la segunda jornada del segmento de alto nivel de la sesión 46 del Consejo, el funcionario señaló que su país fue víctima de ese fenómeno a finales de 2019 durante el golpe de Estado contra Evo Morales, mientras otros lo sufren también a nivel institucional.
Bolivia ha lidiado por siglos con el racismo, por eso decidió la descolonización y redefinirse como un Estado plurinacional, pero la experiencia del 2019 mostró que sigue presente y constituye un peligro grave y apremiante, al igual que en el planeta, advirtió.
Mayta expresó vía vídeoconferencia situaciones que justifican la preocupación global por el auge de nacionalismo racista, entre estas los ataques a minorías, la discriminación aplicada por Estados Unidos en su frontera con México o la negativa de Israel a vacunar al ocupado pueblo palestino.
No podemos tolerarlo, porque ataca la democracia y los derechos humanos, dijo el canciller boliviano, quien llamó al Consejo a reaccionar frente a los atropellos pasados y actuales.
A propósito del tema, comentó que su país trabaja por la reconciliación nacional, ante las secuelas de la interrupción del orden constitucional de finales de 2019, cuando imperaron la represión, la persecución política y los discursos de odio.
En octubre de 2020 el pueblo boliviano recuperó la democracia, aunque por nuestra experiencia histórica, comprendemos que para mirar hacia adelante debemos garantizar la rendición de cuentas, manifestó.
Respecto a la pandemia de la Covid-19, Mayta demandó la posibilidad del acceso universal a la vacunas contra el coronavirus SARS-CoV-2 y pidió medidas para impedir su acaparamiento.
Asimismo, abogó por una recuperación económica que considere a las naciones en desarrollo, a partir de iniciativas como la propuesta por Bolivia de impulsar un foro de alivio, reestructuración y condonación de la deuda externa.
La economía debería estar al servicio de los seres humanos, y no al revés para beneficio de los dueños de las riquezas, expuso.
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