El diplomático llamó a mantener el compromiso con la pausa combativa, acordada en octubre de 2020, y a acatar las resoluciones del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que decretó un bloqueo o embargo de armas para reducir la violencia en la nación del Magreb.
Según el diario, Kubis elogió el rol del comité militar encargado de supervisar el silencio de los fusiles y que posibilitó aplicar otras medidas claves como el desminado del territorio, iniciado por la localidad de Sirte, en la costa mediterránea.
En varios encuentros con funcionarios y representantes de diferentes tendencias, el mediador de la ONU reiteró el apoyo de dicho organismo a la celebración de las elecciones generales en diciembre venidero.
Asimismo, pidió una investigación en torno al incidente que puso en peligro la seguridad del ministro del Interior, Fathi Bashaga.
Tal suceso demuestra lo importante que resulta mantener las armas sólo en manos de las autoridades legítimas, insistió.
Tras una década de enfrentamientos el Gobierno de Acuerdo Nacional, asentado en el occidente del país, y el Ejército Nacional Libio, radicado en el oriente, decidieron instaurar un cese el fuego por tiempo indefinido, además de celebrar comicios legislativos y presidenciales en busca de una gobernanza unificada.
Este mes los integrantes del Foro de Diálogo Político seleccionaron en Suiza al ejecutivo temporal hasta dichas votaciones.
Los libios han vivido en un polvorín desde que el derrocamiento y asesinato de su líder histórico, Muammar Gaddafi (2011), derivara en una controversial dualidad de poderes, enfrentamientos entre grupos rivales y la proliferación de mafias que trafican con migrantes irregulares, entre otros flagelos, unido a la injerencia foránea.
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