Según informó este viernes el portavoz del secretario general de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, el dueño de esa reproducción de la obra de Pablo Picasso notificó recientemente su intención de recuperar la pieza.
A principios de este mes el tapiz fue devuelto a Nelson Rockefeller Jr., tras varios esfuerzos del titular del organismo multilateral, António Guterres, y otros altos funcionarios por mantenerlo en la sede en Nueva York, precisó el vocero.
‘En una nota personal, creo que, como todos ustedes, me siento un poco triste y una sensación de pérdida al mirar la pared vacía que recientemente fue adornada con el tapiz’.
Por supuesto, señaló Dujarric, agradecemos a la familia Rockefeller por haber prestado esta obra de arte poderosa e icónica a las Naciones Unidas durante tanto tiempo.
El tapiz no solo resultó un recordatorio conmovedor de los horrores de la guerra, sino que, debido a su ubicación, también fue un testimonio de tanta historia que se desarrolló fuera del Consejo de Seguridad desde 1985, añadió el portavoz.
Además, se encontraba muy cerca del lugar donde por años generaciones de periodistas han informado sobre eventos que cambiaron el mundo, recalcó.
La Secretaría de Naciones Unidas revisa ahora las opciones para determinar la nueva pieza de arte que exhibirán fuera del salón del Consejo de Seguridad y cerca del lugar donde dignatarios y diplomáticos ofrecen declaraciones a la prensa.
El tapiz fue colgado en ese espacio con el fin de sensibilizar sobre los riesgos de la guerra, pues por allí transitan quienes se dirigen hacia el organismo encargado de velar por la paz y la seguridad internacional.
La reproducción fue realizada bajo la supervisión del propio Picasso en el taller de la artista francesa Jacqueline de La Baume-Drrbach.
El Guernica, realizado por el pintor español después de los bombardeos nazis contra la ciudad homónima en abril de 1937, se convirtió en un símbolo universal contra el horror de la guerra.
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