La desigualdad aumenta para más del 70 por ciento de la población mundial, lo que agrava el riesgo de división y obstaculiza el desarrollo económico y social, apunta esa agencia de Naciones Unidas en su página web oficial.
Asimismo, añade, la Covid-19 afecta con mayor dureza a las personas más vulnerables, e incluso cuando ya están disponibles nuevas vacunas contra la enfermedad, no todos tienen acceso a esos tratamientos.
Pero abordar la desigualdad no es un compromiso nuevo, pues en 2015 todos los países miembros de la ONU se comprometieron a enfrentar este problema como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Onusida subraya en esta fecha que encarar las inequidades imperantes también promoverá los derechos humanos de las personas que viven con VIH y hará que las sociedades estén mejor preparadas para vencer la Covid-19 y otras pandemias.
‘Enfrentar las desigualdades y poner fin a la discriminación es fundamental para acabar con el Sida’, apunta esa entidad en su sitio digital.
Actualmente, advierte, el mundo está lejos de cumplir el compromiso compartido de acabar con el Sida para 2030, no por falta de conocimientos, capacidad o medios, sino por desigualdades estructurales que obstaculizan soluciones comprobadas en la prevención y el tratamiento del VIH.
Por ejemplo, una investigación reciente muestra que los hombres en relaciones sexuales con hombres tienen el doble de probabilidades de contraer el VIH si viven en un país con enfoques punitivos de la orientación sexual.
Ante este escenario, Onusida insiste en que deben eliminarse las leyes, políticas y prácticas discriminatorias para garantizar la igualdad de oportunidades y reducir las inequidades.
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