Según las autoridades, ese incremento es lo máximo que puede pagarse ahora debido al impacto de la crisis económica provocada por la Covid-19, pero para el legislador laborista Jonathan Ashworth se trata de una ‘patada en los dientes’ para el personal que está arriesgando la vida en el combate contra la pandemia.
Si la inflación llegara a subir a más de un uno por ciento, entonces sería una rebaja salarial, afirmó Ashworth, quien se desempeña como ministro de salud en el llamado gabinete a la sombra (opositor).
La directora ejecutiva del Colegio Real de Enfermeras, Donna Kinnair, apuntó, por su parte, que el gremio pidió un aumento de sueldo del 12,5 por ciento, para compensar los años de bajos salarios y congelación de los incrementos.
Es bueno que nos aplaudan, pero necesitamos ser capaces de poder pagar las facturas, recalcó Knnair, tras señalar que el sector enfrenta la pandemia con un déficit de personal de 50 mil enfermeros menos, por lo que muchas personas retiradas debieron reincorporarse al trabajo.
En declaraciones este viernes a la cadena Sky News, la viceministra de Salud Nadine Dorries aseguró que el gobierno reconoce el esfuerzo que realizan los trabajadores de la salud, pero recalcó que el aumento no puede ser mayor a la cifra propuesta.
No queremos dejar de reconocer a los enfermeros y médicos, pero un uno por ciento es lo máximo que podemos pagar, reiteró la funcionaria, quien recordó que los empleados de otros sectores públicos no recibirán ningún incremento de sueldo.
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