En su informe añadió que la economía canadiense está demostrando ser más resistente de lo previsto a la segunda ola de la Covid-19 y las medidas de contención asociadas.
Si bien la actividad en los sectores difíciles de distanciar continúa frenada, los datos recientes apuntan a una recuperación continua en el resto de la economía, acotó.
Según estadísticas de la entidad, el producto interno bruto creció 9,6 por ciento en el último trimestre de 2020, impulsado por una fuerte acumulación de inventarios; ahora espera que el alza en el primer trimestre de 2021 sea positiva, en lugar de la contracción prevista en enero.
Los consumidores y las empresas se están adaptando a las medidas de contención y la actividad del mercado de la vivienda ha sido mucho más fuerte de lo esperado, refirió la institución bancaria.
La mejora de la demanda externa y el aumento de los precios de las materias primas también han mejorado las perspectivas para las exportaciones y la inversión empresarial.
A pesar de las perspectivas más sólidas a corto plazo, todavía existe una considerable holgura económica y una gran incertidumbre sobre la evolución del virus y la senda del crecimiento económico, significó el comunicado.
Añadió que el mercado laboral está lejos de la recuperación, con el empleo todavía muy por debajo de los niveles anteriores a la Covid-19, siendo los trabajadores con salarios bajos, los jóvenes y las mujeres los más afectados por la pérdida de puestos de trabajo.
La propagación de variantes más transmisibles del virus plantea el mayor riesgo negativo para la actividad, ya que los brotes localizados y las restricciones podrían frenar el crecimiento y agregar agitación a la recuperación, apuntó.
El Banco aseguró que su tasa de política clave se mantendrá en 0,25 por ciento hasta que la economía se recupere y la inflación vuelva a su zona de confort del dos por ciento, lo que no prevé que suceda hasta 2023.
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